La demencia de tipo Alzheimer representa aproximadamente el 60% de todas las demencias. Desde el punto de vista del lenguaje, esta enfermedad se inicia con el olvido de nombres. El lenguaje tiende a simplificarse y la comprensión disminuye progresivamente. Sin embargo, la repetición y la gramática se conservan hasta estadios avanzados de la enfermedad.
Esta alteración en la capacidad para utilizar el lenguaje, producida por un daño o lesión cerebral se conoce como afasia.
En las afasias, las alteraciones en la denominación (anomia) representan el defecto más común. De esta forma, la anomia se considera como la dificultad para encontrar palabras con presencia de circunloquios y frecuentemente parafasias.
Es decir, cuando los pacientes con Alzheimer no logran nombrar lo que precisan, utilizan circunloquios o “rodeos explicativos”. Por ejemplo: “Fui a dar un paseo en … el …. de dos ruedas” (bicicleta).
Además, en estos casos emplean parafasias verbales semánticas. Esto quiere decir que, las palabras sustituyente y sustituida guardan relación semántica, o lo que es lo mismo, pertenecen a la misma familia. Por ejemplo: mesa por silla.
También predominan las parafasias fonológicas, las cuales son el resultado de una secuencia inadecuada de los fonemas. Por ejemplo: emplea “bobafo” por “bolígrafo”; “rubillo” por “tobillo”.
Con el paso de la enfermedad, estos pacientes pierden la iniciativa a la hora de hablar o entablar una conversación y muestran lentitud en sus respuestas al mismo tiempo que su vocabulario se va empobreciendo, utilizando únicamente palabras familiares.
Por todo esto, es muy importante tener en cuenta dichas alteraciones del lenguaje de los pacientes con Alzheimer para poder prevenirlas o intentar mantener los aspectos del lenguaje que si tienen conservados y conseguir así una comunicación funcional.
ANA Logopeda de AyC
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