Repercusiones psicológicas de un acto terrorista en las víctimas

El estado actual de la investigación sobre las consecuencias psicopatológicas de los atentados terroristas en las víctimas adultas y su tratamiento es el que desarrollamos a continuación:

La mayoria de los adultos afectados por el terrorismo no desarrollarán trastornos psicológicos y conseguirán recuperarse normalmente, sin trastornos. Se puede estimar que un 60-80% de las víctimas directas no desarrollarán TEPT (trastorno por estrés postraumático) tras un atentado. No obstante un porcentaje muy importante desarrollarán trastornos psicológicos, porcentaje que está muy por encima de su prevalencia en la población general  (18-40%). 

El trastorno psicológico más frecuente tras un atentado es el TEPT, pero las víctimas pueden presentar una gran variedad de trastornos, como trastorno generalizado de ansiedad, el trastorno de angustia-agorafobia, trastorno por abuso o dependencia de sustancias y el TDM (trastorno depresivo mayor). 

Los trastornos pueden aparecer en todo tipo de víctimas, tanto directas (heridos y supervivientes) como indirectas (familiares de fallecidos o heridos, personal de emergencias, rescate y residentes de las zonas afectadas). La prevalencia será más alta entre las victimas directas y los familiares de los fallecidos e heridos que entre el personal de emergencias.  

Después de un año desde los atentados, sus repercusiones psicopatológicas habrán disminuido considerablemente en los residentes de las zonas cercanas y en el personal de rescate, aunque no mucho en los heridos ni en los familiares de lo heridos o fallecidos. Incluso a muy largo plazo (después de 5. 10 o 20 años) habrá un porcentaje muy importante de víctimas directas y de familiares de heridos o fallecidos que seguirán presentando trastornos psicológicos. 

Los  tratamientos psicológicos más adecuados para los trastornos tras un atentado son las terapias cognitivo-conductuales centradas en el trauma, que se han mostrado eficaces y útiles en la práctica clínica para el tratamiento del TEPT y de los trastornos depresivos y de ansiedad que pueden presentar las víctimas de atentados incluso con aquellas que sufren dichos trastornos a muy largo plazo (15-25 años después de los mismos).

Los tratamientos con mayor aval empírico son actualmente las terapias psicológicas centradas en el trauma, en concreto la terapia de exposición, la reestructuración cognitiva , el entrenamiento en control de la ansiedad y en inoculación de estrés y la EMDR (desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares). Estas terapias deben considerarse los tratamientos de elección para el TEPT por encima de otras terapias psicológicas con cierta popularidad (p.ej. el debriefing o la intervención psicológica temprana breve) o de las terapias farmacológicas. Estas últimas no son aconsejables como tratamiento habitual de primera línea para el TEPT en lugar de una terapia psicológica centrada en el trauma, sino que debería utilizarse cuando un paciente no quiera dicho tratamiento o cuando el mismo después de haberse aplicado al menos durante 12 sesiones no hayan producido beneficios terapéuticos o hayan sido escasos. 

 

VERÓNICA DIAZ SINOBAS

Psicóloga de AyC

Formada en asistencia de víctimas de desastres

PAPELES DEL PSICÓLOGO (sept-dic,  vol-37-2016)