Toda conducta o comportamiento que reciba un premio o una consecuencia agradable, tenderá a repetirse en el futuro, pero aquellas conductas que no sean reforzadas tenderán a desaparecer o extinguirse.
A la hora de describir lo que el niño hace, lo que piensa o siente, deberemos tener en cuenta y anotar puntualmente:
- Cuántas veces al día, semana o en una hora ocurre esa conducta.
- Cuánto tiempo dura esa conducta, tarda en realizarla.
- Cúal es la intensidad de la conducta (cuánto llora, grita.....).
- Dónde ocurre la conducta: en casa, la calle, el colegio, en varios lugares....
- Cuándo ocurren o en qué momentos: a la hora de comer, al dormir, cuando hay gente nueva....
- Con quién o ante qué personas ocurre.
- Qué ocurre después: cómo respondemos nosotros y qué obtiene entonces el niño.
Si observamos y registramos con cuidado la conducta o conductas de nuestro hijos, áquellas que queremos modificar, nos daremos cuenta poco a poco de que lo que el niño hace, piensa y siente no ocurre porque sí, ni porque haya nacido así. Depende de los antecedentes que rodean esa conducta y , sobre todo, de las consecuencias que esos comportamientos conllevan para el niño y para los demás. De este modo, encontraremos el sentido de ese comportamiento.
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buy targeted traffic (sábado, 06 septiembre 2014 02:52)
característicos del género; una mansión decadente, un secreto familiar que poco a poco vamos