A todos nos gustan las personas que incluyen en su registro de conducta la devolución de favores, el cumplimiento de promesas y acuerdos y, en definitiva, son justos y equitativos. Los niños aprenderán este código de conductas cuando tienen buenos ejemplos, buenos modelos en los adultos que los educan. Los buenos padres tienen estos registros de conducta y consiguen pactos con sus hijos para enseñarles a comportarse de forma adecuada.
¿Cuándo vivimos situaciones donde es más necesario el pacto? Las ocasiones se centran en elementos como las tareas de la casa, los deberes del colegio, la eliminación de las normas o relevar a sus hijos de tareas pesadas... Conseguimos un buen pacto cuando convertimos una tarea en algo que no parece un trabajo. Pero cuidado, hacerse favores mutuos puede tener un efecto negativo, porque se pueden acumular resentimientos sobre favores no cumplidos y utilizarlos, con el tiempo, como arma para manipular.
No es necesario estar haciendo siempre pactos cuando hacemos algo por los hijos porque convertiríamos la relación paterno-filial en un negocio. Es mejor hacer tratos cuando el equilibrio de favores está descompensado.
Algunos consejos prácticos para conseguir pactos adecuados:
- Espere algo a cambio que necesite realmente o que le sería de gran ayuda, no algo que a su hijo le gusta de todos modos. Aceptar cualquier cosa que quiera hacer el niño crea sensación de impotencia en el padre.
- Evite los pactos a posteriori. "Ayer hice esto por ti, ahora deberías hacer algo por mí". Esto hace que el niño se sienta culpable; no es un buen trato. Se trata de chantaje.
- Obligue al niño a cumplir su parte del trato pronto y rápidamente. Los acuerdos contractuales a largo plazo se olvidan o se modifican. Los niños creerán que se han librado de cumplir su parte del trato y los padres tendrán la impresión de haber sido estafados.
- Cuando el niño hace algo por el padre sin intentar llegar a un trato (a veces ocurre), hay que devolver el favor cuanto antes.
- Hay que recordar a los niños los pactos a los que se han comprometido sin castigarles por no haber cumplido su parte. La consecuencia será la negativa del padre a hacer otro pacto en un breve espacio de tiempo. Limite su buena disposición a hacer favores a un niño que no los devuelve.
Verónica Díaz
Psicóloga de AyC
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Hay que recordar a los niños los pactos a los que se han comprometido sin castigarles por no haber cumplido su parte. La consecuencia será la negativa del padre a hacer otro pacto en un breve espacio de tiempo. Limite su buena disposición a hacer favores a un niño que no los devuelve.