El consumo de alcohol, tabaco y cannabis tiene una alta prevalencia entre los adolescentes españoles, siendo la edad media de inicio entre los 13 y los 14 años.
Según diferentes estudios, la importancia del afecto y el control de los padres sobre los hijos son variables que influyen notablemente en el consumo o no de dichas drogas, y en menor medida la permisividad percibida ante dicho consumo. Los jóvenes que perciben que en casa existe una mayor permisividad para consumir drogas tienen más probabilidad de consumirlas. Con respecto al afecto y control de los padres, fueron significativos los resultados en cuanto el afecto de ambos padres y el control de la madre pero no del padre. Es decir, si el joven percibe un menor control de madre y mayor afecto de ambos, existe mayor riesgo de consumo. Y según el sexo, en las chicas ejerce mayor influencia la madre y en el casos de los chicos, el padre.
Los resultados de estos estudios, mostraron que los adolescentes que habían consumido alcohol, tabaco y cannabis alguna vez en la vida percibían mayores niveles de permisividad parental hacia el consumo de éstas, y un menor control y mayor afecto tanto por parte del padre como de la madre.
En conclusión, mostrarse permisivo ante el consumo de drogas y un exceso de afecto, junto con falta de control por parte de los padres, está altamente relacionado con un mayor consumo de drogas en los hijos. De ahí, la importancia de incluir a los padres en los programas de prevención de drogas.Asimismo, el estudio mostró que el consumo de alcohol y tabaco es un precursor del consumo de otras drogas, en este caso, el cannabis.
Esto nos indica de forma significativa que el comportamiento de los padres ante la prevención del consumo de drogas de sus hijos es primordial.
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