¿Qué juguetes son los más idóneos?

Los juegos permiten a los niños y niñas explorar e imitar el mundo que les rodea, con el juego ponen en marcha los mecanismos de su imaginación y desarrollan su creatividad. El juego, además, es una de las mejores formas para que nuestros hijos aprendan de forma espontánea, ya que se asocia con la diversión y es, por tanto, más fácil de recordar. Es una parte fundamental para el desarrollo cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño. Es durante el proceso del juego cuando los niños ponen en práctica los conocimientos sociales adquiridos, aprenden a socializarse.

 El objetivo del juego y de los juguetes siempre debe ir enfocado a la diversión del niño, pero eso no impide que combine otros factores educativos. Serán más beneficiosos en la medida en que promuevan la propia creatividad y la participación del niño. Lo ideal es que todos los niños hayan desarrollado el “juego simbólico” (hacer como si….). Existen juguetes que no disponen de un guión predeterminado, sino que ofrecen al niño un amplio abanico de posibilidades de juego. La arcilla, los muñecos o los bloques de construcción permiten infinidad de combinaciones, de roles y de situaciones. Los niños pueden investigar libremente, hacer y deshacer a su antojo o plantear problemas y resolverlos ellos mismos. El uso de este tipo de juguetes fomenta ciertas capacidades muy valoradas en la escuela, como la madurez, la imaginación o el pensamiento creativo.

 Los juguetes pueden incluso condicionar el futuro laboral de los niños, además de perpetuar los roles de género. El juguete masculino ha evolucionado hacia lo neutro, el femenino apenas ha cambiado en las últimas décadas. No nos debe importar que los niños nos soliciten muñecas y las niñas camiones. Es más, la curiosidad perpetúa el aprendizaje.

En cuanto a los videojuegos, algunos se les acusa de incitar a la violencia, generar nerviosismo,  aislar a los jóvenes y producir adicción. Sin embargo, ciertos estudios destacan que no supone ningún perjuicio para las relaciones sociales. Todo lo contrario, los niños acostumbrados a jugar con videojuegos son más extrovertidos, tienen más frecuencia de trato con sus amigos y una mayor socialización. Aunque dependerá del tiempo que dediquen a dichos juegos, no excediéndose de los límites normales que establezcan los padres.

 Tradicionalmente los juguetes educativos han contado con el inconveniente de no resultar excesivamente atractivos para los niños, pero la aplicación de las nuevas tecnologías ha supuesto una notable mejora en el atractivo de estos juguetes.

 Los programas educativos de ordenador y videoconsolas son accesibles para los niños desde los tres años de edad. Las aventuras gráficas educativas fomentan el uso de las nuevas tecnologías entre los niños de una manera divertida. Normalmente se considera más beneficioso el tipo de juego que promueve la exploración y la propia construcción virtual, el que permite que el niño adapte el programa a sus propios intereses e inquietudes. Evidentemente, este tipo de aprendizaje no puede medirse en función de los métodos tradicionales y requiere un mayor compromiso y supervisión por parte de los educadores.

 

 

 

 

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