Ya están aquí las Navidades, ¡¡otra vez¡¡. Pocas fiestas como éstas conllevan tal carga de emociones y sentimientos. Prácticamente despojadas de espiritualidad, las fiestas se llenan de comidas, regalos, aglomeraciones… que frecuentemente vivimos como obligaciones estresantes.
Para no vivirlo de ese modo conviene tener presente algunos consejos:
- Hacer un listado de prioridades nos ayudará a establecer lo que de verdad es importante. Mejor agrupar actividades: regalos, comidas, llamadas, decoración, etc.
- Cuidarse a uno mismo. Hay que intentar estar descansado. Es importante también cuidar el aspecto (ropa, peinado..) que nos resulte cómodo y que nos haga sentir bien.
- Un clásico: adelantar las compras en la medida de lo posible. Nos facilita la tarea tener elaborada de antemano la lista de lo que consideramos más adecuado y dónde conseguirlo.
- Elaborar uno mismo los regalos ( si disponéis de cierta habilidad o creatividad). El regalo más caro no tiene por qué ser el mejor. A veces causa mejor efecto aquel que ha sido pensado especialmente para el destinatario.
- Simplificar las celebraciones reclamando la colaboración de los demás, evitando que todo el trabajo recaiga sobre una única persona.
- Intentar vivir estas fechas como una oportunidad de transmitir sentimientos positivos.
- Es momento para celebrar la oportunidad de estar juntos, no para tratar asuntos pendientes que existen en todas las familias.
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